En lo que respecta a su vida cotidiana, ¿con qué frecuencia usa algo una vez antes de tirarlo?
¿No estás seguro de la cantidad exacta? Eso es perfectamente normal.
Desde latas de refresco hasta botellas de detergente, es difícil hacer un seguimiento de todo lo que desecha. Es aún más difícil pensar en el impacto que tiene su basura en el medio ambiente. Una vez que descartas algo, nunca más tendrás que preocuparte por eso.
No obstante, los desechos que produce pueden tardar años en descomponerse, matar a miles de animales marinos y liberar gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esta contaminación no solo causa daño a nuestro planeta, sino que puede afectar directamente tu calidad de vida.
Tome los gases de efecto invernadero. Cuando estos gases se liberan, quedan atrapados en la atmósfera y provocan un aumento de la temperatura global. A medida que aumenta la temperatura, este cambio tendrá un efecto positivo o negativo en nuestros cultivos.
Para algunos, las altas temperaturas significan temporadas de crecimiento más largas y más dióxido de carbono, pero para otros esto podría conducir a un suelo más seco y una menor producción de cultivos. Si los cultivos esenciales como el maíz y las papas se vuelven menos disponibles, estamos viendo precios más altos para estos vegetales y más personas pasando hambre.
Para evitar este resultado, debemos ser más conscientes de los desechos que producimos y educarnos sobre los productos que compramos. En un mundo perfecto, todos dejarían de producir basura, pero eso no es realista. Sin embargo, hay algunas maneras en que podemos adoptar un estilo de vida menos derrochador sin que consuma mucho tiempo o sea costoso.
La primera forma es reducir la cantidad de residuos que produce diariamente. A primera vista, puede parecer desalentador, pero es un objetivo alcanzable. Para empezar, puedes pensar en los artículos de un solo uso que desechas todos los días, como la pajita de plástico para tu café helado o los utensilios de plástico que vienen con tu almuerzo. Luego, elige uno de ellos para eliminarlo de tu vida y encuentra una alternativa ecológica para él. Es tan simple como eso.
Los artículos reutilizables son una alternativa excelente y rentable a los artículos de un solo uso. Desde popotes hasta tazas de viaje, comprar un artículo reutilizable te brinda la oportunidad de ayudar al medio ambiente sin renunciar a las cosas que amas. Puede llevar estos productos a donde quiera que vaya, e incluso pueden ahorrarle dinero.
Tomará un tiempo adaptarse a este nuevo cambio de estilo de vida, así que no se castigue si accidentalmente usa un artículo una vez antes de tirarlo u olvida traer su artículo reutilizable con usted. Una vez que se acostumbre, se convertirá en un hábito y podrá reducir lentamente la cantidad de basura que produce diariamente.
Otra forma de adoptar un estilo de vida sostenible es reutilizar artículos domésticos comunes. Dentro de los EE. UU., cada año desechamos cerca de $11.400 millones en envases y embalajes reciclables. Entonces, antes de tirar algo, piense si puede reutilizarlo.
A esas velas vacías o botes de salsa se les puede dar una nueva vida. Puede lavarlos y usarlos para sostener bolas de algodón, hisopos de algodón, bolígrafos o pequeñas baratijas. Puedes hacer lo mismo con cualquier recipiente de vidrio, lata de verdura o botella de plástico. Incluso puedes usarlos como almacenamiento, decoración o regalos. Entonces, sea creativo y obtenga el mayor valor posible de sus artículos para el hogar.
Cuando reutilizas tu basura, te abres a una mentalidad completamente nueva. Esta actitud te permite ver que casi todo lo que te rodea puede usarse más de una vez antes de desecharse. También te abre los ojos a la cantidad de desechos innecesarios que producimos a diario.
Junto con la reutilización, ser consciente de los productos que compra es vital para reducir la basura. Cuando va de compras, ¿con qué frecuencia compra cosas que no necesita? Si haces esto con frecuencia, trata de reducir los viajes y dona lo que no necesites.
Antes de ir a comprar comida, haz una lista de lo que tienes y lo que necesitas. Cuando sabe lo que necesita, es menos probable que compre alimentos que nunca comerá. Además, realice un seguimiento de todos los alimentos que están a punto de caducar para que sepa exactamente lo que necesita consumir primero.
Cada año, “los consumidores de países bien desarrollados desperdician tantos alimentos (222 millones de toneladas) como toda la producción neta de alimentos del África subsahariana (230 millones de toneladas)”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Podemos volvernos más inteligentes sobre el desperdicio de alimentos que producimos practicando el control de porciones, donando alimentos y compostando.
Cuando cocine o pida comida, obtenga lo suficiente para el día. Si sobra comida, puedes comerla en otro momento. Si tiene demasiada comida para comer antes de que se eche a perder, puede empacarla y dársela a alguien que la necesite o llevarla al trabajo para compartirla con sus compañeros de trabajo.
Si tu comida se echa a perder y tienes tiempo extra, puedes practicar el compostaje. El compost es material orgánico, como restos de comida y desechos de jardín, que se puede agregar al suelo para ayudar a que las plantas crezcan. Puede compostar tanto en exteriores como en interiores, por lo que puede adaptarse a su estilo de vida.
Además de la comida, también debe saber qué artículos son reciclables y cuáles no. Este conocimiento lo ayudará a ver qué cantidad de su basura debe desecharse en comparación con la cantidad que puede usarse para hacer algo completamente nuevo. También te ayudará a desechar correctamente las cosas cuando ya no sean útiles.
Con pasos graduales y sencillos, puedes desarrollar una mejor relación con los residuos que generas y ser más consciente del impacto que tienes en el medio ambiente. Estos pasos pueden parecer intimidantes al principio, pero una vez que los practiques lo suficiente, podrás hacerlos parte de tu vida cotidiana.